En efecto, el programa Galileo se mueve. Se prevé que para finales de este año 2016 se pueda ofrecer un servicio inicial, de tal modo que a partir de este año y hasta el año 2020 el Programa se irá desarrollando de manera gradual hasta alcanzar los treinta satélites que completan el abanico total. Una constelación de treinta satélites, distribuidos en tres planos inclinados con un ángulo de 56º hacia el Ecuador a 23.222 km. de altitud, con veintisiete satélites activos y tres satélites de reserva en órbita terrestre media, con diez satélites alrededor de cada plano para que cada uno alcance unas catorce horas quince minutos en completar la órbita de la Tierra.
En cada plano habrá un satélite de reserva activo capaz de remplazar a cualquier satélite que falle en ese plano. Además, los dos Centros de Control Galileo situados en Europa se ocuparán de controlar la constelación y la sincronización de los cronómetros atómicos del satélite, el procesamiento de señales de integridad y el manejo de datos. La transferencia de estos datos se realizará a través de una red mundial de estaciones Galileo de enlace ascendente y, en cada una de ellas, se dispondrá de estaciones de telemetría, telecomunicaciones, seguimiento de satélites y transmisión de la información de misión, por lo que tendrán que controlar la calidad de la señal y la información obtenida que se trasmitirá por la red de comunicaciones a los dos centros de control terrestre.
Por tanto, se calcula que para el año 2020 el sistema de la constelación de los treinta satélites estará completamente operativo siempre que no surjan nuevos inconvenientes ya sean de carácter político, económico o técnico. Los servicios de posicionamiento por satélite se han convertido en nuestros días en una forma estándar de navegación, por lo que, si las señales de navegación se interrumpiesen de repente, es más que probable que numerosos aviones o embarcaciones no estuviesen en condiciones de volver a utilizar las técnicas de navegación tradicionales, con el consiguiente perjuicio y peligro para la seguridad que ello implica.
Galileo es un proyecto de Global Navegation Satellite System (GNSS) diseñado por la Unión Europea (UE) y la Agencia Espacial Europea (ESA) y operado por la Agencia Europea GNSS (GSA), con el fin de disponer de un sistema de posicionamiento satelital propio y, por tanto, no dependiente del GPS ni del GLONASS. En la actualidad, existen dos modelos en funcionamiento relativos a los Sistemas Globales de Navegación por Satélite (GNSS), como son el GPS de los Estados Unidos y el GLONASS de la Federación Rusa frente a los que la UE y la ESA han diseñado para su propio proyecto Galileo. El GPS, que fue diseñado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, es un sistema de posicionamiento global que facilita la posición de un objeto con gran precisión a través de la colocación de una red de 24 satélites posicionados en órbita terrestre a una altura de 20.200 km con trayectorias sincronizadas. Por su parte, el GLONASS se compone de una constelación de 31 satélites controlados por el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa situados en tres planos orbitales en una altura de 19.100 km.
Tengamos en cuenta que también el Gobierno chino ha colocado una doble constelación de satélites del sistema BeiDou que, a diferencia de los otros sistemas que utilizan órbitas bajas y medias, el BeiDou utiliza la órbita geoestacionaria y da cobertura parcial sobre China y su zona de influencia de los estados vecinos, no obstante está previsto que se asocie al proyecto Galileo.
El programa Galileo prevé desarrollar una mayor precisión que el GPS y el GLONASS y con una trayectoria inclinada hacia los polos con el fin de poder acceder a información sobre estas regiones heladas, que como consecuencia del cambio climático están sufriendo importantes modificaciones y fenómenos de deshielo. Se trata, por tanto, de un sistema de uso civil sin alteraciones ni interrupciones que pudiesen resultar sumamente peligrosas para el tráfico rodado en tierra, para las redes ferroviarias y, sobre todo, para el tráfico aéreo o la navegación marina. Otra capacidad del sistema Galileo es que podrá ser interoperable con los sistemas GPS y GLONASS, con la ventaja adicional de que en el supuesto de una desactivación por motivos de carácter militar de las redes comerciales por parte de los Estados Unidos o de la Federación Rusa, Galileo puede mantenerse operativo sin generar alteraciones en los usuarios civiles.
De tal manera que la malla satelital del sistema europeo garantizará una disponibilidad continuada del servicio, pues gracias al apoyo del sistema EGNOS se puede dar la información apropiada y rápida a los usuarios en los casos en los que se produzca un fallo de un satélite. En esta línea de actuación, el soporte de EGNOS (European Geostationary Navigation Overlay Service) es sumamente importante. Se trata de Servicio de Aumentación Geoestacionario Europeo para la Navegación por satélite que ha sido desarrollado por la ESA en el marco de un acuerdo de carácter tripartito con la Comisión Europea (CE), que es la que controla, gestiona y financia la prestación de servicios, y la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol).
Se trata de un sistema de aumentación que completa el servicio del sistema de posicionamiento global que aporta el GPS con un área de servicios que incluye a todos los estados europeos, pero que tiene capacidad para extenderse a otras regiones dentro de la cobertura que proporcionan los tres satélites geoestacionarios que sirven para trasmitir la señal EGNOS y una red de estaciones terrestres; lo que está sirviendo como banco de pruebas para realizar el soporte final del sistema Galileo.
Si analizamos el marco normativo del programa Galileo podemos colegir que ha sido concebido para usuarios multimodales con el fin de poder cubrir un amplio abanico de necesidades del servicio. De tal modo que podemos hablar de un Servicio Abierto (Open Service/ OS), de un Servicio para Aplicaciones Críticas (Safety-of-Life / SoL), de un Servicio Comercial (CommercialService / CS), de un Servicio Público Regulado (Public Regulated Service / PRS) y de un Servicio de Búsqueda y Salvamento (Search and RescueService / SAR), por lo que se dota al programa de una amplia gama de posibilidades de acción, en el marco de estos cinco servicios, con diferentes gamas de frecuencia.
Por lo cual, los usuarios podrán recabar información sobre su posición por medio de un aparato receptor que utilice la gama de satélites de diferentes constelaciones. El Servicio Abierto (Open Service/ OS), implica que cualquier usuario podrá acceder a este servicio sin ningún tipo de autorización simplemente equipado por un receptor adecuado. Se trata, por tanto, de un servicio orientado al público en general y para receptores que requieren una precisión reducida. El Servicio para Aplicaciones Críticas (Safety-of-Life / SoL), es un servicio de una enorme utilidad en aquellas situaciones en las que la vida humana puede estar en peligro, particularmente en aplicaciones relacionadas con el transporte, como es el caso de la navegación aérea o en las aplicaciones ferroviarias o en la navegación marítima transoceánica, cuando como consecuencia de una degradación del sistema de radionavegación no se reciba la notificación a tiempo. En estos casos, el servicio estará garantizado por el Servicio de Explotación Galileo (Galileo Operating Company /GOC) y las prestaciones se obtendrán mediante el uso de receptores certificados de doble frecuencia.
El Servicio Comercial (CommercialService / CS), se encuentra orientado a aplicaciones de mercado que, por su volumen y rapidez, requieren un nivel de prestaciones mayor que el que ofrece el Sistema Abierto y para su acceso requiere el pago de un canon que les facilita un valor añadido. Este modelo se caracteriza por agregar dos señales a las señales de acceso abierto. Estas dos señales estarán protegidas por una clave de cifrado comercial que podrá ser gestionado por los terceros prestadores de servicios o por el Servicio de Explotación Galileo (Galileo OperatingCompany /GOC).
Por su parte, el Servicio Público Regulado (PublicRegulatedService / PRS), se le define como un “servicio robusto” y de “acceso controlado” para aplicaciones gubernamentales, dado que sus principales usuarios serán las fuerzas y cuerpos de seguridad nacional, los organismos públicos de protección civil o los funcionarios de aduanas. Se trata de un servicio cifrado y resistente a las interferencias. Serán las instituciones civiles las que controlarán el acceso al servicio PRS cuyo ingreso en clave deberá cumplir con las políticas de seguridad aplicables en Europa. Se trata de un servicio independiente que deberá estar operativo en todo momento y en cualquier circunstancia, máxime en periodos de crisis cuando los otros servicios puedan haber sido interferidos o bloqueados de manera intencional.
La “robustez” de su señal se caracteriza por el hecho de que se encuentra protegido contra las interferencias intencionadas o los intentos de emisión mal intencionados que pretendan generar una señal modificada. Para ello, la señal del servicio PRS será transmitida en dos frecuencias cada una de las cuales ocupará un gran ancho de banda con el fin de constituir una estructura de señales resistente a las interferencias, en frecuencias distintas a la de los servicios abiertos, ya sean de las otras señales de Galileo o de la utilizadas por los sistemas GPS o GLONASS. A través de la utilización del sistema de cifrado se podrán introducir sofisticadas tecnologías de encriptado y mecanismos de control de los usuarios que con una clave determinada sólo podrán acceder los beneficiarios debidamente autorizados y que deberán ser aprobados por los gobiernos de los estados miembros.
Por último, el Servicio de Búsqueda y Salvamento (Search and RescueService / SAR), ofrece la posibilidad de mejorar notablemente los sistemas de búsqueda y rescate, como la recepción, aproximadamente, en tiempo real de los mensajes de socorro emitidos desde cualquier punto del planeta, o la localización precisa de alertas en un radio de pocos metros y, también, una mayor disponibilidad del segmento espacial con la constelación Galileo. Visto el desarrollo normativo de los programas Galileo y EGNOS resulta evidente que el soporte jurídico-institucional que le brindan la Unión Europea y la Agencia Espacial Europea, con un cometido estratégico indudable, dotarán a Europa de una cobertura satelital eficaz e independiente de otros programas de radionavegación por satélite.