El telescopio espacial Euclid fue lanzado con éxito hace tres meses y hace dos llegó a su destino: el Punto de Lagrange L2 Sol-Tierra, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Desde allí, su labor es crear el mapa 3D más grande y preciso al observar miles de millones de galaxias hasta 10.000 millones de años luz. Y si bien ya ha capturado sus primeras imágenes de prueba, está teniendo algunos problemas para rastrear estrellas "débiles".
Los científicos creen que la energía y la materia oscura constituyen cerca del 95% del Universo, por eso consideran al Euclid como el "detective cósmico" y apuntan a que producirá un gran estudio de un tercio de todo el cielo. Cada 75 minutos, durante los seis años que dure su misión, el telescopio debe apuntar a un nuevo campo en el cielo con extrema precisión y estabilidad.
Para ello, la nave espacial cuenta con un Sensor de Orientación Fina (FGS), un desarrollo nuevo en Europa hecho de sensores ópticos que detectan y fijan estrellas encontradas por la misión Gaia de la ESA, usándolas como guías para navegar y determinar exactamente hacia dónde debe ser apuntado. Esta información se introduce en el 'Sistema de control de actitud y órbita' que controla la orientación y el movimiento orbital de Euclid.
Sin embargo, se han registrado tres problemas que fueron imposibles de considerar en las pruebas en tierra: sus sensores de orientación pierden intermitentemente el rastro de las estrellas, la luz solar "perdida" obstaculiza su observación del Universo y los rayos X que se cuelan en las imágenes de los instrumentos. Sin embargo, desde la Agencia Espacial Europea (ESA) comentan que "las cuestiones planteadas no amenazan la misión de Euclid, pero podrían afectar la forma en que lleva a cabo su trabajo".
Imagen de prueba con el instrumento NISP. Firma: ESA
Reacciones optimistas
El director de Operaciones de Euclid, Andreas Rudolph, comenta que "la cuestión de la excelente dirección de Euclid es algo que nos preocupa a todos. Los equipos del centro técnico de la ESA (Estec, en Países Bajos), el control de misión (ESOC, en Alemania), el Centro de Astronomía (ESAC, en España) y la industria han estado trabajando día y noche, incansablemente durante meses, y no puedo agradecerles lo suficiente por su determinación para resolver el problema".
Por otro lado, el director del proyecto Euclid, Giuseppe Racca, asegura que "aquí es donde tendremos la verdadera prueba de la verdad, ya que sólo las imágenes científicas pueden proporcionarnos la certeza absoluta de que la puntería de Euclid está funcionando bien. Sin embargo, hasta ahora toda la evidencia nos hace ser muy optimistas".
Plazos
Los detectores de Euclid están protegidos de protones de baja energía que podrían dañarlos. Sin embargo, parece que, en determinados ángulos, los rayos X emitidos por el Sol durante las erupciones solares pueden llegar ocasionalmente a los detectores, estropeando una parte de las imágenes tomadas en ese momento. En ese sentido, la fase de la puesta en marcha se amplió para investigar el problema, retrasando la importantísima "verificación del rendimiento". Desde entonces, los equipos han estado trabajando en una solución de software que ahora se cargó en la nave espacial y se está sometiendo a pruebas exhaustivas.
Por último, desde la ESA acotan que la guía de Euclid parece estar cerca de resolverse sin ningún impacto adicional en la misión: la luz parásita del Sol se puede mitigar con una reprogramación inteligente del estudio y, si bien el problema de los rayos X tendrá un efecto marginal, los equipos están trabajando arduamente para minimizarlo mediante observaciones repetidas y procesamiento de datos.