El 23 de noviembre de 2022, Sara García (León, 1989) fue elegida como astronauta de reserva de la Agencia Espacial Europea (ESA). Desde entonces, la licenciada en Biotecnología ha debido compatibilizar su trabajo como investigadora en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) con su preparación en caso de dar el salto a la titularidad, donde está su compatriota Pablo Álvarez. En ese contexto y asumiendo un rol de divulgación, participó del ESA Day y conversó con Infoespacial.com sobre su día a día, sus planes a futuro y la necesidad de incorporar más mujeres al sector.
¿Qué significa para ti, como mujer astronauta, este 8M 2024?
Es un día muy especial, es nuestro día, el de todas las mujeres. Además, poder estar celebrándolo concretamente aquí, hablando de ciencia y del Espacio, que son mis dos pasiones, rodeada de profesionales y grandísimas mujeres, ingenieras, astrofísicas, científicas... Es un orgullo que se ponga en valor la importancia de invertir en talento femenino, que es la única forma de avanzar.
¿Cuál es, finalmente, la importancia de invertir en talento femenino?
De entrada, somos la mitad de la población y tenemos mucho que decir. Se ha demostrado que talento femenino ha habido siempre, lo sigue habiendo y que, por desgracia, ha estado invisibilizado durante demasiados años. Es hora de que se visibilice y que se le dé voz y voto a todas las mujeres que tenemos muchísimo que decir. Es nuestro derecho también.
Sara García (derecha) junto a Pedro Duque (izquierda) en la última edición del #AeroSpaceDay. Firma: IESE
Me imagino que actividades como esta ayudan a acercar a mujeres, o a las niñas, al Espacio y a todo el sector STEM...
Efectivamente, creo que es muy bueno dar ejemplos a las niñas que están un poco indecisas de que hay muchas mujeres que han conseguido dedicarse a profesiones STEM y son felices, les apasiona y son exitosas. También, darles ejemplo del abanico de opciones que hay en estas carreras, de cómo es el día a día de estas mujeres científicas, astrofísicas, ingenieras. Es una buena forma de inspirarles y de que se atrevan, de que no se pongan límites a ellas mismas. Y si realmente les motiva la ciencia, la ingeniería y el Espacio; que lo persigan, porque es una profesión preciosa.
Estás en carrera de ser astronauta de la ESA y mantienes tu trabajo de siempre. ¿Cómo es tu día a día, cómo conviven ambos mundos?
Por suerte, tengo una capacidad de organización y de gestión del tiempo muy buena y una alta capacidad de de trabajo. Mi día a día es como investigadora oncológica en el CNIO. Tengo que agrupar bien ser muy eficiente en el trabajo y en la gestión de equipos para luego poder tener algo de tiempo libre a hacer labores de divulgación, hablar de la ciencia, de las opciones del Espacio, mantenerme preparada a nivel intelectual y físico para el momento en el que se me asigne una misión. Es verdad que si eso ocurre empezaría un entrenamiento de 24 horas, siete días a la semana que me obligará a tomar una excedencia de mi puesto de trabajo actual. Pero hasta que eso llegue combino estos dos roles con mucha energía, porque me parece un orgullo, una responsabilidad y algo muy bonito. Entonces saco la fuerza de donde haga falta.
Las actividades espaciales contribuyen a mucho desarrollo científico, ¿en algún punto se encuentran la investigación oncológica con tu carrera por ser astronauta de la ESA?
Sí, yo encuentro muchos puntos comunes, De hecho, quizá eso fue el impulso que hizo que yo me animara a postular al puesto de astronauta. En realidad, mi perfil profesional está bastante alejado de la industria aeroespacial, pero el Espacio y las investigaciones en microgravedad abren un abanico de posibilidades donde el límite es casi la imaginación humana. Abren posibilidades en ciencia de materiales, físicas y también biomédicas. Por un lado, los propios astronautas son modelos de enfermedades donde estudiar posibles aplicaciones luego en seres humanos en la Tierra. Y, por otro lado, las ventajas de eliminar la gravedad hace que las células, los microorganismos, los propios tumores se comporten diferente; de tal forma que se podría abrir ahí un abanico de opciones para encontrar vulnerabilidades y nuevos tratamientos. Sí que hay muchísima investigación biomédica, física y de materiales. Eso es lo que me interesa.
Pablo Álvarez (izquierda) y Sara García en la fotografía oficial como astronautas de la ESA en 2022. Firma: ESA
Los astronautas actuales son distintos a los del siglo XX, cuando lideraban los hombres blancos estadounidenses. ¿Cómo asumes el desafío, la responsabilidad o el rol que pueden jugar las mujeres en el Espacio?
Nuevas perspectivas. El hecho de que ya no es sólo que estén siendo más inclusivos en el sentido de que haya mujeres, que era completamente necesario, sino también en el tipo de perfiles que ahora forman parte de los cuerpos de astronautas y de candidatos a astronautas. Porque hay de todo: ingenieros, pilotos, médicos, científicos, neurólogos, astrofísicos... Tener todo ese bagaje de mentalidades y de formas de pensar hace que, al final, las tripulaciones sean más autosuficientes y pueden llegar a ser más resolutivas. Trabajando en equipo pueden llegar más lejos cuando intercalas de forma transversal tantas formas y perspectivas.
¿Qué capacidades debe tener un o una astronauta para ir al Espacio?
Creo que la clave de elegir una buena tripulación de astronautas, aparte de las habilidades cognitivas y los conocimientos que se pueden aprender, hasta cierto punto se pueden entrenar las capacidades operativas. Hay un componente psicológico de mantener una calma, una actitud de ser positivo, de intentar siempre encontrar la solución a los posibles problemas, pensando en el objetivo de la misión por encima de nuestros intereses particulares. Creo que esa es la clave: trabajar en equipo y pensar en algo que va más allá de nosotros mismos. Si eso lo tienes completamente interiorizado y forma parte de tu personalidad, puedes convivir mucho mejor con el resto de la tripulación y llegar más lejos.
¿Qué planes o perspectivas tienes para este año calendario 2024?
Ha llegado un punto en mi vida desde el proceso de selección que no puedo hacer planes casi a más de dos meses vista. Entonces, de momento, sigo trabajando día a día y haciendo todos los eventos de divulgación y de apoyo a la ciencia, la tecnología y el Espacio que están a mi mano y que mi agenda me permite. Pero, ¿qué pasará de aquí a unos meses? No lo sé. Por suerte, tampoco me preocupa demasiado porque mi día a día es tan emocionante que voy paso a paso viviendo y disfrutando de este camino.
Vamos a estar atentos a esas novedades.
Desde luego, sí. Ojalá que sean interesantes.