El año 2014 será recordado en la historia de la exploración espacial como el año en que la misión Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), logró la proeza de depositar, por primera vez, un módulo de aterrizaje sobre un cometa tras diez años de travesía espacial. Este hito puso el punto de mira sobre un sector económico, el espacial, que experimentó ese mismo año un incremento de facturación del 9% a nivel global, según el documento The Space Report 2015 de la Space Foundation, principalmente en el ámbito comercial, y que logró movilizar, además, alrededor de 73.000 millones de euros de inversión institucional por todo el mundo.
En nuestro país, el sector espacial ha duplicado su facturación entre 2005 y 2010 y ha logrado mantenerse en ese nivel, superior a los 700 millones de euros, durante los últimos años de fuerte crisis económica. En paralelo, la industria espacial ha conseguido aumentar su competitividad con el apoyo de las inversiones públicas, así como su presencia en la cadena de valor en el diseño y construcción de sistemas espaciales. Hoy en día, España forma parte del grupo de los cinco países europeos que concentran las principales capacidades en materia espacial, junto con Francia, Alemania, Reino Unido e Italia.
Prueba de ello es que la industria española ha pasado de desarrollar equipos a integrar satélites completos. En los próximos años veremos culminar varios programas con liderazgo español en el ámbito de la observación de la Tierra (satélites Seosat/Ingenio y Paz), las telecomunicaciones (Small GEO, en colaboración con Alemania), la exploración científica (Cheops, en colaboración con Suiza) y en la demostración de nuevos conceptos de misión (Proba-3, en colaboración con Bélgica).
El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), organismo dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, ha desempeñado un papel fundamental en la actividad espacial de nuestro país como gestor de la mayor parte de las inversiones realizadas en el Espacio. A través de la representación técnica en la ESA y la UE y del contacto directo con la industria espacial, el CDTI ha propuesto y ejecutado en los últimos 30 años políticas industriales orientadas a configurar el sector espacial español.
Entre los objetivos de estas políticas ha figurado siempre el propósito de atraer hacia nuestro país nuevas áreas tecnológicas de alto valor así como vincular las inversiones públicas a los retornos industriales. Por tanto, sin ser un órgano político de decisión, el CDTI ha facilitado, desde su posición como interlocutor con la industria y con la Agencia Espacial Europea, asesoramiento especializado en materia de política espacial, y garantías en la ejecución de una estrategia tecnológica e industrial coordinada. De esa manera, paulatinamente se ha consolidado en España un conjunto formado por una veintena de empresas con capacidad para desarrollar tanto equipos como software de vuelo, y para competir y colaborar con empresas del entorno europeo e internacional. Además, ya existen alrededor de 200 compañías vinculadas a la actividad espacial trabajando en el sector de servicios y aplicaciones.
Para los próximos años, los nuevos retos se dirigen a aprovechar el crecimiento de la última década con el fin de incrementar la participación industrial en el mercado institucional, apuntando a actividades de mayor responsabilidad, así como potenciar la actividad en el mercado comercial y en las exportaciones.
Para lograrlo, el CDTI tiene por objetivo seguir defendiendo los intereses de las empresas españolas y apoyarlas en aquellos puntos de mayor debilidad o condicionados por barreras de acceso. Por citar un ejemplo, la oferta industrial europea cuenta con, únicamente, dos grandes contratistas principales. Esto hace que, con frecuencia, el acceso a contratos por parte de empresas de menor tamaño se vea dificultado a pesar de contar con las capacidades necesarias para su ejecución. Por tanto, uno de los objetivos del CDTI es que nuestras empresas aprovechen el potencial de crecimiento que ofrece el mercado comercial así como las nuevas inversiones en actividades espaciales, en aumento a través de la UE, para paliar esta debilidad. Por otra parte, esta oportunidad reducirá la dependencia que tiene la industria espacial de la inversión pública.
En este contexto, me gustaría destacar que tanto la estrategia nacional en materia espacial como la continuidad de la financiación son fundamentales para permitir una planificación industrial a medio y largo plazo desde la que implementar las políticas industriales más inmediatas. En este sentido, el CDTI seguirá trabajando con estos objetivos en mente e impulsará otras acciones de apoyo a las empresas. En el medio plazo, se plantea una gran oportunidad para poner de manifiesto las capacidades españolas con la oresidencia de España en el próximo Consejo de Ministros de la ESA, en 2016.
La presidencia española se mantendrá por un período de tres años hasta la celebración, en 2019, del siguiente Consejo de Ministros en el que nuestro país será anfitrión, por segunda vez, desde que lo fuera en 1992.
El pasado año, España ya ha presidido otro evento de primer nivel, como fue la Conferencia Interparlamentaria Europea del Espacio, que se celebró en el mes de septiembre en Madrid, y en la que se debatió sobre la gobernanza del sector espacial a nivel europeo.
España ostenta la presidencia rotatoria de esta Comisión que sirve de marco no sólo para analizar el impacto de la legislación europea en materia espacial, sino también para reflexionar sobre mecanismos que permitan ganar competitividad a nivel global. En este reto, el de la competitividad, el CDTI ha apostado con fuerza por aquellas actividades que contribuyan a mejorar el posicionamiento de la industria espacial española, como es el caso del programa de la UE para vigilancia espacial, Space Surveillance and Tracking (SST), en el que el CDTI representará a España como socio junto a las agencias espaciales de Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.
En esta fase de capacitación, España ha firmado un acuerdo con la ESA para el desarrollo de tecnologías cuyo objetivo es situar a la industria española en la línea de salida de un programa que podrá alcanzar los 1.000 millones de euros. Por otra parte, hay que recordar que, dentro de las inversiones públicas en el ámbito espacial orientadas a los servicios para la ciudadanía, el impulso de nuevas tecnologías, la ciencia y la Defensa, Europa invierte, cada año, alrededor de 7.000 millones de euros.
En 2016, el CDTI tendrá un gran número de retos en el horizonte: continuaremos revisando el impacto de las políticas industriales y seguiremos ayudando a mejorar el posicionamiento de nuestro país en el sector espacial. La industria española dispone, todavía, de un amplio margen para aumentar su actividad económica y crear más empleos y, para ello, el soporte financiero es fundamental. Debemos aprovechar el punto de mira internacional que España ocupará este 2016 para apostar por el futuro del sector y corregir aquellas debilidades que permitan acometer otra década ejemplar.