La industria del espacio lo tiene claro. Tedae, la asociación que defiende los intereses de este segmento productivo, ha definido su posición ante el ciclo político de 2024-2029 en la Unión Europea, es decir, el periodo que se abre ahora con la renovación del Parlamento Europeo y de la Comisión Europea. En general, solicita a las proximas autoridades europeas más ambición para acometer los desafíos del sector.
El Legislativo de Estrasburgo (y Bruselas) acaba de ser renovado por los ciudadanos europeos en junio y el Ejecutivo tiene que ser elegido en otoño. La presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, opta a la reelección.
La posición de Tedae se articula en ocho grandes ejes: presupuestos, estructura, talento, estrategia de seguridad y defensa, sostenibilidad, colaboración público-privada, acceso al espacio y competitividad.
En primer lugar, aboga por unos presupuestos ambiciosos. “El desarrollo de la industria espacial es clave para la libertad de acción y la toma de decisiones autónoma” dentro del club de Bruselas, explica Tedae. “Para ello, es necesario un presupuesto” europeo “que represente una apuesta decidida y que refleje las ambiciones” de los Estados miembros, esto es, “el desarrollo de los programas actuales y nuevas capacidades relacionadas con la seguridad”.
En materia de estructura, defiende una configuración espacial industrial “a través de políticas coherentes a escala europea que permitan la competitividad de una industria en constante crecimiento y relevancia”.
Como no podía ser de otra forma, el talento ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades, a la vista de apostar de forma decidida por la promoción del talento y de la Formación Profesional. “La educación y la capacitación especializada asegurarán un crecimiento sostenible y competitivo del sector, fomentando la innovación, el desarrollo de nuevas tecnologías y la excelencia europea”, sostiene la patronal. En sintonía, “se impulsará el empleo de calidad y se preparará a la próxima generación de profesionales para abordar los desafíos espaciales y ambientales del futuro”, considera Tedae.
También se incluye “la implementación de políticas de la estrategia espacial de la Unión europea para la seguridad y la defensa”, apoyando “la contribución del espacio a las capacidades de defensa europeas” y mejorando “la resiliencia de los activos espaciales europeos, permitiendo la capacidad de respuesta de nuestras capacidades espaciales que protejan al perímetro europeo de tecnologías y capacidades sensibles en aras de fomentar la soberanía europea.
La promoción de la sostenibilidad es otro eje fundamental para los asociados de Tedae. Se trata de “impulsar la transición verde y digital en Europa desde el espacio, apoyando el programa Copernicus para la observación y monitorización del medio ambiente, y comprometiéndose a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”. Esta apuesta minimizará el impacto ambiental de las actividades espaciales y permitirá eliminar los desechos asociados.
La atracción de las inversiones constituye otro elemento destacado para Tedae. Más concretamente busca impulsar la colaboración público-privada, dado que la industria espacial representa un servicio estratégico para la ciudadanía europea, “no solo impulsando innovación y empleo, sino también monitorizando y protegiendo nuestro medio ambiente”. La promoción de la industria espacial por parte de los poderes públicos “puede transformar el espacio en un servicio público clave, asegurando un acceso equitativo a sus beneficios y reforzando el liderazgo de Europa en el ámbito espacial y ambiental global”, remarca en un comunicado.
El acceso al espacio debe ser “autónomo, confiable y rentable”. “Para ello es necesario proponer y acordar una solución europea basada en una apuesta firme por los servicios de lanzamiento y asegurar condiciones adecuadas desde los puertos espaciales europeos”, solicita la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio.
Finalmente, la exposición de objetivos se remata con la idea de avanzar hacia “una mayor competitividad y una industria espacial europea” soberana, reforzando “la autonomía y la garantía del suministro de materias primas críticas y semiconductores como uno de los pilares de la nueva estrategia de política industrial y apoyando “el desarrollo de tecnologías digitales avanzadas” como la inteligencia artificial (IA), la computación en la nube o la robótica.