Rocket Lab ha lanzado, a través de su cohete Electron, dos misiones desde Mahia, Nueva Zelanda. Se trata, por un lado, de Neonsat-1 de Kaist, el primer nanosatélite coreano de observación de la Tierra (EO, por sus siglas en inglés). Con un peso inferior a 100 kilos, este ingenio, el primero de una miniconstelación de 11, está equipado con una cámara óptica electrónica de un metro de resolución en blanco y negro y de cuatro metros en color. Orbitará a una altitud de 500 kilómetros en sincronía con el Sol.
Por el otro, viajaba el Sistema Avanzado de Vela Solar Compuesta de la NASA, una demostración tecnológica de nuevos materiales que utilizan la luz solar para propulsar una nave espacial, como un velero aprovecha el viento en el agua. Esta misión planea probar qué tan bien los nuevos brazos compuestos despliegan la vela de la nave espacial a un área aproximadamente del tamaño de un pequeño apartamento.
Los datos de esta misión se utilizarán para diseñar futuros sistemas a mayor escala para satélites de alerta temprana del clima espacial, misiones de reconocimiento de asteroides y otros cuerpos pequeños, y misiones para observar las regiones polares del Sol. La nave fue puesta en órbita por un "autobús" espacial de 12U diseñado por NanoAvionics.
El director ejecutivo de NanoAvionics, Žilvinas Kvedaravičius, comentó que "con la ayuda de nuestro autobús satelital, esta misión de la NASA está preparada para avanzar en la frontera de la exploración espacial. Por lo tanto, que se nos confíe la construcción del bus satelital para la misión de última generación de la NASA es un tremendo testimonio de las capacidades técnicas de NanoAvionics y de nuestros estándares de calidad y garantía de proyectos. La misión traspasó los límites de nuestro bus de nanosatélites en varios frentes y trasladamos esos aprendizajes a nuestra línea de productos estándar".
Por otro lado, el director del proyecto, Paul Frey, aseguró que "trabajar con la NASA para emprender el desarrollo de empaquetar una vela solar en una nave espacial 12U presentó a ambos equipos numerosos desafíos técnicos. Esta misión es un primer paso importante hacia el uso de la propulsión solar para futura exploración del espacio profundo".