La misión exoplanetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA) Ariel ha superado la fase de estudio y pasado a la etapa de implementación, por lo que en los próximos meses se seleccionará a la empresa que se encargará de su construcción.
De esta manera, la ESA convocará a la industria espacial a presentar ofertas para suministrar el hardware de Ariel y, hacia el verano del próximo año, seleccionará al contratista industrial para su desarrollo.
Al respecto, el responsable del estudio de la misión, Ludovic Puig, explicó que superado “un periodo de trabajo intenso en los conceptos de diseño preliminares y en la consolidación de las tecnologías necesarias para demostrar la viabilidad de la misión”, ahora, es posible avanzar a la fase de implementación.
Ariel, cuyo lanzamiento está previsto para 2029, es la primera misión de la ESA dedica a investigar la composición, formación y evolución de los exoplanetas. Con este objetivo, medirá simultáneamente la composición química y la estructura térmica de alrededor de mil atmósferas planetarias en longitudes de onda visible e infrarrojas.
El director de Ciencia de la ESA, Günther Hasinger, sostuvo que Ariel permitirá llevar la ciencia planetaria más allá de las fronteras de nuestro sistema solar. “La adopción de Ariel consolida el compromiso de la ESA con la investigación exoplanetaria y asegura la posición de los astrónomos europeos a la vanguardia de este revolucionario campo durante la próxima década e incluso después”, aseguró.
La misión se centrará en planetas templados y calientes, en el rango de supertierras a gigantes gaseosos, que orbiten cerca de sus estrellas progenitoras, aprovechando sus atmósferas bien mezcladas para descifrar su composición global.
El módulo de carga útil de la misión, que incluye un telescopio criogénico de un metro y los instrumentos científicos asociados, será suministrado por el consorcio de la misión, que comprende más de 50 institutos de 17 países europeos.
Los espectrómetros del telescopio medirán la huella química de un planeta mientras pasa por delante (tránsito) o por detrás (ocultación) de su estrella progenitora. Estas mediciones permitirán a los astrónomos observar cómo el planeta atenúa el brillo de la estrella con una precisión de 10-100 partes por millón.
Asimismo, Ariel podrá detectar signos de componentes conocidos en las atmósferas de los planetas, como vapor de agua, dióxido de carbono o metano. Además, detectará compuestos metálicos más exóticos para descifrar el entorno químico global del sistema solar distante.
Finalmente, en cierto número de planetas, la misión estudiará al detalle sus sistemas nubosos y analizará las variaciones atmosféricas, tanto diarias como estacionales.
¡Participa con tus comentarios en esta noticia!