La Agencia Espacial Europea (ESA) ha completado el primer ensayo de caída a gran altitud -29 km- de los paracaídas del róver Rosalind Franklin del programa ExoMars. Esta prueba sirvió para testear los elementos rediseñados después de los dos fallos en los ensayos de 2019.
En esta ocasión, la extracción y deceleración de los paracaídas funcionaron según lo previsto y el vehículo de simulación se posó sin inconvenientes. Sin embargo, durante el ejercicio se presentaron algunos daños que obligan a mejorar el proceso de inflado temprano de los paracaídas.
Al respecto, el jefe de equipo del programa ExoMars, François Spoto, explicó que si bien el último ensayo ha supuesto un gran paso adelante sigue sin ser el resultado deseado. “Usaremos los numerosos datos obtenidos para afinar nuestra estrategia, planificar nuevos ensayos y seguir avanzando hacia el lanzamiento en septiembre de 2022”, aseguró.
El róver de ExoMars estará encapsulado dentro de un módulo de descenso equipado con dos paracaídas, que ayudarán a frenarlo antes de su aterrizaje en la superficie de Marte.
Una vez que el rozamiento atmosférico haya hecho que el módulo pase de unos 21.000 km/h a 1.700 km/h, se desplegará el primer paracaídas. Unos 20 segundos después, a unos 400 km/h, se abrirá el segundo.
Tras la separación de los paracaídas, Aproximadamente a un kilómetro sobre el suelo, tras la separación de los paracaídas, los motores de frenado del módulo de descenso se activarán para depositar de forma segura la plataforma de aterrizaje sobre el planeta rojo. La totalidad de la secuencia, desde la entrada en la atmósfera hasta el amartizaje, dura tan solo seis minutos.
Una vez que Rosalind Franklin se pose sobre la superficie marciana, en junio de 2023, comenzará a perforar el terreno, en puntos de interés geológico, para determinar si Marte, en algún momento, albergó vida.
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