Estados Unidos y Rusia han ampliado recientemente sus respectivos sistemas de posicionamiento por satélite GPS y Glonass con el lanzamiento de dos nuevos equipos. En la actualidad, estas dos redes rivales son las únicas que ofrecen un servicio global, a la espera del inicio de las operaciones del proyecto europeo de navegación por satélite Galileo y del sistema chino Beidou, ambos previstos para 2020.
El lanzamiento del nuevo satélite de la constelación GPS se produjo el pasado viernes a bordo de un cohete Atlas V desde el complejo espacial de la Fuerza Aérea de EEUU en Cabo Cañaveral (Florida). Este equipo, conocido como GPS IIF-12, es el decimosegundo y último satélite del bloque IIF del sistema de posicionamiento global estadounidense.
Con un coste estimado de 131 millones de dólares, estará ubicado a unos 20.000 kilómetros de altitud y ofrecerá servicios de posicionamiento global, navegación y temporización de para usos civiles y militares.
GPS IIF-12 es el satélite número 50 del sistema GPS lanzado por Estados Unidos, el primero despegó en 1990, y se unirá a una constelación de 30 satélites en activo. Como fabricante de estos equipos, la empresa norteamericana Boeing ya trabaja en una nueva generación IIIF para mantener la hegemonía de GPS.
Glonass
Por su parte, Rusia lanzó el sábado un nuevo equipo de su sistema Glonass a bordo un cohete Soyuz 2.1b desde el puerto espacial de Plesetsk, en el norte del país. Según informaron las autoridades militares, el satélite Glonass-M se separó correctamente del lanzador y alcanzó su órbita a la hora programada.
En esta ocasión, se utilizó el cohete modernizado Soyuz 2.1b que destaca por su sistema de control digitalizado que permite aumentar notablemente la precisión de la puesta en órbita de los satélites espaciales.
Foto: United Launch Alliance