Blue Origin está dispuesta a revolucionar el mercado de los lanzadores espaciales y, de momento, no va mal encaminada. La compañía norteamericana fundada por el multimillonario Jeff Bezos consiguió el pasado viernes aterrizar con éxito, por segunda vez, su cohete espacial New Shepard. En esta ocasión, los ingenieros emplearon el mismo cohete que ya voló y regresó a la tierra a finales de noviembre, lo que supone un paso más hacia el desarrollo de cohetes reutilizables.
Según detalla Blue Origin en su página web, “el mismo New Shepard que voló por encima de la línea Karman (límite entre la atmósfera y el espacio) y después aterrizó en vertical en su lugar de lanzamiento el pasado noviembre, ha volado ahora y aterrizado de nuevo, lo que demuestra su utilización.
Esta vez, el cohete alcanzó una altura de 101,7 kilómetros, antes de que la cápsula y el lanzador descendieran suavemente una plataforma situada en las instalaciones de Blue Origin en el oeste de Texas (EEUU) para su recuperación y reutilización posterior. En su primer vuelo, realizado el 24 de noviembre de 2015, el New Shepard alcanzó una altura máxima de 100 kilómetros.
Este nuevo lanzamiento contó con mejoras en el software de navegación que le permitieron calcular de forma más precisa su punto de aterrizaje, obteniendo un descenso vertical más estable y controlado. "Esta nueva estrategia aumenta los márgenes de precisión y mejora la capacidad del vehículo para rechazar perturbaciones creadas por los vientos de baja altitud", señaló Bezos.
Foto: Blue Origin