La NASA dio por finalizada la misión del rover Opportunity después de ocho meses de intentos por recuperarlo. La tormenta más grande de la historia en Marte terminó con 15 años de misión del sistema que recorrió el planeta rojo en busca de numerosas incógnitas.
El rover fue concebido para una duración de unos 90 días en Marte y para recorrer no más de 600 metros. Sin embargo, los investigadores se toparon con que su misión se alargaría más de una década y más de 45 kilómetros de recorrido. Ante este acontecimiento, Infoespacial.com se ha puesto en contacto con el único español que trabajó en el diseño del rover Opportunity para explicar qué ha pasado con él y el secreto de su éxito.
Alberto González Fairén es doctor en biología y astrobiología molecular. Además, ha trabajado en numerosas misiones de la NASA a Marte, como Twins, Opportunity o Curiosity. Actualmente trabaja en el departamento de planetología y habitabilidad del Centro de Astrobiología (CAB).
¿En qué consistió su trabajo en Opportunity?
Estuve involucrado en las operaciones del rover durante dos años, entre 2012 y 2014, el tiempo que trabajé en el departamento de astronomía de la Universidad Cornell. Mi despacho estaba puerta con puerta con el de Steve Squyres, el investigador principal del programa de los dos Mars Exploration Rovers (MER), Spirit y Opportunity. Tuve la suerte de estar allí cuando Opportunity llegó al borde del cráter de impacto más grande de cuantos ha explorado. Al ser tan profundo, había excavado y expuesto sedimentos muy antiguos. Y estos sedimentos contenían arcillas, un tipo de minerales que solo se forman en presencia de agua dulce. Por lo tanto, Opportunity demostró que Marte tuvo condiciones óptimas de habitabilidad para formas de vida como las terrestres hace 4.000 millones de años. No olvidemos que Opportunity llevaba ya casi nueve años en Marte, que sabíamos por datos de orbitadores que había arcillas en Marte, y que justo el año anterior la NASA había enviado el rover Curiosity, mucho más moderno, para buscar arcillas en otro lugar de Marte. Fue un descubrimiento fundamental para entender la historia de Marte.
¿Por qué fue tan longeva la misión cuando se concibió para tres meses?
Porque Opportunity ha sido un auténtico prodigio desde el punto de vista de su diseño, construcción y manejo. Estaba pensado para resistir 90 días sobre la superficie de Marte, y tal vez explorar unos 600 metros. La realidad es que ha aguantado casi 15 años y ha recorrido más de 45 kilómetros. La misión ha sido un éxito absoluto.
¿Qué le ha pasado a Opportunity?
La misión no ha terminado porque tuviera un fallo de diseño o por malas decisiones desde el puesto de mando, sino porque se ha expuesto a la tormenta de arena más grande que se ha visto sobre Marte en los últimos 50 años. La tormenta oscureció el cielo demasiado tiempo para un rover que funcionaba con paneles solares. Al no poder recargar sus baterías porque no llegaba la luz del sol, el rover se enfrió tanto que no ha podido volver a despertar. Ha muerto congelado, literalmente.
¿Qué pasará ahora con el rover?
Opportunity se quedará para siempre donde está, en el lecho seco de un antiguo arroyo. Me gusta pensar que, dentro de mucho tiempo, seguirá allí y será visitado por nuestros descendientes, conservado en el lugar donde murió como homenaje a esta época que vivimos de pioneros, de inicio de la exploración del espacio. He oído sugerencias para traerlo de vuelta y ponerlo en un museo, pero no me parece razonable: si podemos permitirnos el enorme esfuerzo e inversión que supondría traer a la Tierra 185 kilogramos de material desde Marte, lo último que me traería yo sería algo que se perfectamente de qué está compuesto.
¿Qué es lo que destacaría de toda la misión?
Opportunity ha sido un rover de récord, o de récords. Ningún otro vehículo ha recorrido tanta distancia sobre otro mundo, ni siquiera los rover lunares del programa Apolo; ningún otro aparato ha durado tanto sobre la superficie de otro mundo; ninguna otra nave ha recogido datos in situ que abarquen un intervalo temporal tan amplio como los 1.000 millones de años de registro geológico que nos ha dado Opportunity. El legado científico es inmenso, y dará trabajo a los investigadores durante décadas.
¿Con qué se quedaría?
Por concretar una sola cosa, Opportunity encontró evidencias de la existencia de pequeñas lagunas ácidas y saladas hace unos 3.000 a 3.500 millones de años. La combinación de los descubrimientos de agua dulce y de agua salada-ácida, en distintas épocas, confirma que Marte es un planeta con una historia geológica extremadamente compleja y variada, como la Tierra. Y que pudo estar habitado por seres vivos con metabolismos similares a los terrestres. Opportunity fue el primer rover en confirmar esta posibilidad, y por lo tanto cambió radicalmente nuestra visión previa del planeta.
¿Los ingenieros de ExoMars deberían tener en cuenta lo que ha pasado?
Seguro que así es.